Abordamos el tema medioambiental con esta Carta que trata de ser
una invitación al debate y a la acción política. Serán
bienvenidas todas las opiniones y aportaciones
El
medio ambiente y el capitalismo
En las últimas
semanas ha aumentado la presencia del debate ecologista con mensaje
que avisan de la grave situación medioambiental. Se habla de que la
situación puede ser irreversible. Aumento de las temperaturas, del
nivel de las aguas y la contaminación. Los residuos, sobre todo los
plásticos lo inundan todo. Si no se limita el aumento de la
temperatura a 1,5 grados, los efectos del calentamiento global serán
«duraderos o irreversibles», señala un informe del Grupo
Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de
la ONU
El tema ha estado
muy al día porque la llamada huelga por el clima, con gran
participación de jóvenes, que pretendía llamar la atención de
los gobiernos para que acelerasen las medidas para evitar el
calentamiento global. Ha tenido mucho seguimiento mediático porque
estas movilizaciones estaban encabezadas por una niña noruega de 16
años que abroncaba a los gobernantes para que tomasen medidas. Una
puesta en escena para convencer a los más recalcitrantes.
¿Pero que se pedía
en esta huelga? Como realmente estaba detrás la mano de la ONU y
otros lobbies no esperemos encontrar respuestas contundentes ni nada
que atente contra las multinacionales, el capitalismo o las guerras.
La culpa es
colectiva, de la gente, de todos……
Si realmente la
situación es tan grave, deberíamos tomas medidas radicales. Pero en
lo que se centra esta campaña que goza del apoyo de todos los medios
y seguimiento de la izquierda y ecologistas, es en culpabilizar a la
gente y eximir al modo de producción capitalista, a la acción de
las multinacionales y los ejércitos de ninguna responsabilidad.
Las recomendaciones
del IPPC, panel de la ONU para el cambio climático, son casi
insultantes. Que consumamos menos carne, cuando más de 800 millones
de personas según la FAO, están subalimentadas, que reciclemos,
cuando hay unos sistemas de recogidas de residuos insuficientes e
ineficientes por falta de recursos y que muchas veces juntan lo que
la gente separa, o que no usemos el vehículo y que compremos un
carísimo vehículo eléctrico.
Plantean
descarbonificar la economía, para evitar emisiones de carbono. Para
empezar cerrar todo tipo de instalaciones de carbón. En nuestro país
va a suponer el cierre de las centrales térmicas Esta semana ya ha
anunciado Endesa el cierre de varias centrales térmicas, la más
importante la de As Pontes, lo que supone 700 despidos directos mas
los indirectos. Además esto continuará, todo planificado con el
apoyo mayoritario del Congreso, hasta acabar con todas las centrales
térmicas lo que llevará al cierre de otras empresas grandes
consumidoras de electricidad como Arcelor, Alcor…etc. Y la pérdida
de los empleos alternativos que iban a compensar estos cierres nada
de nada,. Ya lo hicieron con la desaparición casi total de las minas
en Asturias y otras zonas como León o Teruel. Nada de empleos
alternativos. Jubilaciones más o menos decentes y desierto
industrial. Una manera de salvar al planeta liquidando a sus
habitantes. Pero tampoco salvan al planeta porque lo que hacen es
deslocalizar las emisiones.
No es nueva esta orientación
En 1968 un grupo de
personas constituyó el Club de Roma con el encomiable objetivo de
mejorar el futuro del mundo. Entre ellos Aurelio Peccei, que fue
gerente de Fiat, el científico escocés Alexander King y Donella
Meadows científica del MIT. Encargaron a esta última del MIT de
Chicago en 1972 un informe que titularon ‘Los límites del
crecimiento’ donde se citaba que “Podríamos agotar las
reservas de petróleo conocidas en todo el mundo a finales de la
próxima década”, obviamente un error de bulto pero no el único.
El Club de Roma hizo otras previsiones igualmente equivocadas sobre el gas natural, la plata, el estaño, el uranio, el aluminio, el cobre, el plomo y el zinc. Salvo en el caso del zinc se equivocaron de nuevo. Amenazaban con grandes subidas de precios por la escasez y aconsejaban ir a la política del decrecimiento. Eran los nuevos maulthusianos que señalaban que no había recursos para tanta gente. Hay que recordar que Malthus era un cura reaccionario que planteaba que no había recursos para el crecimiento de la población previsto.
El Club de Roma hizo otras previsiones igualmente equivocadas sobre el gas natural, la plata, el estaño, el uranio, el aluminio, el cobre, el plomo y el zinc. Salvo en el caso del zinc se equivocaron de nuevo. Amenazaban con grandes subidas de precios por la escasez y aconsejaban ir a la política del decrecimiento. Eran los nuevos maulthusianos que señalaban que no había recursos para tanta gente. Hay que recordar que Malthus era un cura reaccionario que planteaba que no había recursos para el crecimiento de la población previsto.
Pero este Club no
pierde la fe. Ahora han publicado otro informe que aun es mas
apocalíptico titulado “Más allá de los límites”. Otro gran
éxito editorial que hace una autocritica muy sui generis.
“Aunque fuimos excesivamente pesimistas ahora vamos a volver a
serlo”.
Otro de los
organismos que hacen predicciones apocalípticas es el panel sobre
cambio climático de la ONU, (IPPC). Hay que decir que es un órgano
político que depende de una institución tan poco democrática como
la ONU. Trabajan con informes de científicos pero nunca cuestionarán
la política de la ONU. Así este panel ha hecho también
predicciones catastrofistas sobre el deshielo de los glaciares del
Himalaya. Ya han recogido velas y han aumentado el plazo de este
deshielo. Algo parecido era el agujero de la capa de ozono que se
agrandaba cada vez que abríamos la nevera y que ahora parece haberse
cerrado, aunque algunos no lo ven y otros explican que es gracias a
que ellos avisaron. Ya casi nadie habla de esto y el centro del
debate se ha dirigido al clima y el CO2
El alarmismo como arma de
confusión
Es verdad que en
toda la historia ha habido errores en las predicciones científicas.
Pero ahora es otra cosa. Ahora vemos que este catastrofismo viene
acompañada de una intencionalidad política. Habría que exigir el
respeto a las opiniones científicas. No su utilización política.
El alarmismo crea un grave problema. Puede ser utilizado para
conseguir objetivos a corto plazo. Pero luego se vuelve en contra de
su objetivo.
Realmente separar
ciencia y política es imprescindible. Los grandes lobbies, en uno u
otro sentido lo utilizan. Por ejemplo el trust del petróleo o del
tabaco han utilizado supuestos informes científicos para generar una
opinión favorable a su utilización minimizando los riegos. Pero el
IPPC actúa de una forma parecida. Huir de este manoseo y dejar a los
científicos hacer su trabajo es tan importante como huir de los
políticos que se meten a científicos. A este nivel hay que señalar
que el mismo uso del término Ecología política, que surge del Club
de Roma es una impostura. La Ecología es una ciencia. Hablar de
ecología política es como hablar de química política. Lo correcto
sería utilizar la defensa del medio ambiente o de la naturaleza. Lo
demás es un manoseo que tiende a dotar de contenido científico a
una orientación política. Tenemos múltiples casos
La defensa del medio
ambiente ha sido una preocupación de los comunistas desde su
constitución como corriente política. Tanto Marx como Engels
escribieron sobre el tema dándole una importancia total. Hoy en la
época del capitalismo en fase de destrucción su política
depredadora destruye a la clase obrera y al medioambiente. La frase
socialismo o barbarie toma su actualidad hoy en día.
Las instituciones
capitalistas con la ONU a la cabeza tratan de responsabilizar a la
gente en general de los desastres. En ninguna de las recomendaciones
de la ONU y su supuesto panel científico encontramos nada que
cuestione el sistema capitalista y su medio de producción. Cuando
hablan de transición energética, economía circular y demás
palabras huecas, no buscan nada más que la resignación de los
trabajadores para que pierdan sus condiciones de trabajo y de vida.
Que coman menos, que se calienten menos. La famosa teoría del
decrecimiento que algunos sitúan como una oportunidad ante la
crisis.
Hay un ataque al medio ambiente y
hay que reaccionar
Es verdad. No
podemos dar la razón a los negacionistas del cambio climático o del
calentamiento. Independientemente de las falsificaciones y
exageraciones hay que concluir que los daños al medioambiente por
culpa del sistema capitalista son tremendos y crean numerosos
peligros para la vida en el planeta. Las emisiones de CO2 y
Nitrógeno, la falta de un tratamiento de residuos suficiente, aparte
de que más de la mitad de la población vive en zonas sin
alcantarillado y depuradoras, etc. están provocando un aumento de
las enfermedades. La subida de temperaturas favorece los incendios y
las sequias. Y las consecuencias de las guerras son devastadoras.
Pero el problema fundamental es como el caótico sistema capitalista
es incapaz de hacer frente a una producción de alimentos que acabe
con la sobreproducciones y las hambrunas. Un sistema que destruye los
servicios públicos. La falta de bomberos y medios contraincendios
impide que se haga frente a los incendios cada vez mayores y más
violentos. La privatización de montes y aguas impiden su trato
adecuado. La producción de alimentos en países como el Congo o
Bolivia ha provocado grandes incendios. La clave del tipo de
producción agraria bien determinado por las relaciones de
producción, los "acuerdos de libre comercio" que imponen a
los países dominados un tipo de cultivos que permitan la exportación
de materias primas a bajo precio todo ello en beneficio de las
multinacionales de la distribución y comercio y una pequen a
oligarquía latifunadaria agroexportadora.
Pero ¿donde está la mayor
agresión al medio ambiente y cuáles son las soluciones?
Un reciente estudio, que tuvo eco en
la mayor parte de la prensa, señalaba el año pasado que ejército
de los EEUU es la “empresa” mas contaminadora del mundo.
Contamina mas que 140 países. Si fuera un país estaría en el
puesto 47.
Según este informe,
en 2017 las fuerzas militares norteamericanas compraron unos 269.230
barriles de petróleo al día y emitieron más de 25.000
kilotoneladas de dióxido de carbono con la quema de esos
combustibles. Las Fuerzas Aéreas de los Estados Unidos adquirieron
combustible por valor de 4.900 millones de dólares, la Armada, 2.800
millones, seguida por el Ejército, con 947 millones, y los Marines,
con 36 millones. Pero esto son solo los datos de la contaminación
producida por el gasto operativo. Pero los múltiples conflictos
armados que hay en el mundo, en la mayoría están los EEUU presentes
o detrás, producen una brutal contaminación productos del grandioso
despliegue de bombardeos de todo tipo.
¿Alguien ha oído
decir a los promotores de la jornada mundial por el clima hablar de
esto? ¿Ha dicho algo el panel del clima de la ONU? La primera medida
sensata para cualquiera que quiera luchar contra el deterioro del
medioambiente y la salvación del planeta debe pasar por pedir el
cese de todas las guerras y el desarme.
Pero luego vemos
como la energía y los transportes ferroviarios está en manos de
multinacionales que se dedican a especular beneficiándose de los
recursos públicos. Apostar por las energías renovables pasa por la
nacionalización de las empresas eléctricas. Única manera de acabar
con la pobreza energética y destinar los recursos a una energía
limpia y barata y no a beneficiar a ladrones. Pero si esto está en
manos de quienes solo se mueven por el beneficio no se solucionará
nada. Con los ferrocarriles sucede lo mismo. En principio es el
transporte menos contaminante, pero vemos como se pone en manos
privadas. La UE es punta de la lanza en esta privatización. En
nuestro país a finales del año próximo podrán operar empresas
privadas que lo harán solo en las líneas beneficiosas. Con la
privatización como ha pasado en Correos o Telefónica se acaba el
servicio universal. Un transporte ferroviario de personas y
mercancías ahorraría muchas emisiones de CO2 si tiene la atención
necesaria por parte de las administraciones públicas
La descarbonificación, abre la
vía a la deslocalización y la desindustrialización.
Defender el medio ambiente pasa por denunciar la responsabilidad de
las instituciones y no hacerse cómplices de ellas cuando tratan de
responsabilizar de sus políticas al conjunto de la población. La
situación de emergencia, lo que viene a cuestionar es el sistema de
propiedad privada. Respetar la propiedad privada de los grandes
medios de producción y defender el medio ambiente es incompatible.
Luchar contra las
guerras, y el gasto en armamento, nacionalizar eléctricas y
transportes ferroviarios, montes y servicios de suministros de
aguas.. Impulsar planes de inversiones en servicios públicos,
nacionalizando montes y servicios de suministros de aguas.
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