El Gobierno de Madrid y los Menas

El Gobierno de Madrid y los Menas

El nuevo gobierno regional de Madrid y los Menas

Entrevista a Luis Arias, educador de la residencia Infantil de Leganés

IO La nueva presidenta de la Comunidad de Madrid señaló en su discurso de investidura que el sistema de identificación de menores extranjeros no acompañados debía mejorar y que asumía el compromiso de hacerlo, junto con eso se comprometió también a mejorar la seguridad de los centros. ¿Qué te parecen estos compromisos?

L.A. Lo que propone Díaz Ayuso no tiene ni pies ni cabeza. Es fruto del acuerdo con Vox, pero realmente la Comunidad de Madrid no tiene posibilidad de mejorar ningún proceso de determinación de edad porque no es competencia suya sino del ministerio fiscal. Actualmente existe un protocolo marco (estatal) que establece la determinación de la edad con colaboración de los sistemas sanitarios de aquellos menores indocumentados sobre los que existiera duda en relación a su minoría de edad. Las técnicas médicas actuales de determinación de edad tienen un amplio margen de error, y el principio rector de supremacía del interés del menor sobre cualquier otro, obliga a determinar la minoría de edad en caso de duda. El gobierno regional sabe perfectamente que no tiene competencias a este nivel, se trata de hacer ruido y poner en el centro de la diana a los menores en situación de des protección para no asumir sus responsabilidades respecto a estos. Realmente es ridículo que estén haciendo de esto un caballo de batalla, cuando en la comunidad de Madrid hay actualmente en torno a 500 menas sobre un total de 7000 menores en situación de tutela o guarda. Por otro lado, el problema de los centros no es un problema de seguridad sino de capacidad. Se necesitan centros específicos para abordar determinadas problemáticas como por ejemplo las adicciones a determinadas sustancias, se necesitan ratios asumibles y centros integradores donde no se distinga a los niños y niñas por su país de origen. En definitiva, se necesitan más recursos. Lo que intentan es criminalizar a los chicos y chicas para no invertir y continuar las políticas de deterioro y destrucción del servicio público que llevan años aplicando.

IO ¿A qué te refieres cuando dices que se pretende criminalizar a los menores?

L.A. Se utiliza las siglas MENA como sinónimo de delincuente juvenil, y es una auténtica barbaridad. Un menor que ha llegado a la Comunidad de Madrid sin nadie que se pueda hacer cargo de él es un niño o niña que precisa protección y la administración pública tiene la obligación de facilitarle una atención personalizada e integral. Pero la administración antepone la condición de inmigrante a la de menor en situación de desprotección, lo cual contraviene todas las normativas existentes, tanto internacionales como nacionales y autonómicas. Entre los menores que atendemos, nacionales y foráneos, hay gran variedad de problemáticas que deben ser atendidas de manera individual. Pero aquí el problema es que las administraciones autonómicas están haciendo políticas segregadoras, creando guetos masificados y privatizando los servicios. Hay un claro intento de criminalizar a estos menores, pero la conflictividad que se ha generado se podría haber evitado con una atención adecuada, con ratios reducidas. En Hortaleza, un centro con capacidad para 35 menores, han estado atendiendo más de 150. Tenían que hacer las comidas por turnos, dormían en los pasillos en colchonetas, no se realizaba ningún trabajo individual porque era imposible, en esas condiciones los conflictos son inevitables. Básicamente, los problemas que están surgiendo se deben a la desatención.

IO En el centro de menas de Hortaleza se han producido muchos conflictos y agresiones en el último año, pero el nuevo consejero ha declarado que se ha solucionado ese problema ¿Es eso cierto?

L.A. El centro de primera acogida de Hortaleza no es un centro para inmigrantes como falsamente señalan tanto responsables políticos como periodistas. En realidad, es un centro destinado a atender a todos los menores residentes en la Comunidad de Madrid que se encuentren en situación de urgencia por maltrato o desprotección, para realizar un estudio individual de la situación y proponer una derivación adecuada. Es un centro supuestamente de estancia corta. ¿Cuál es el problema? La red de protección de la infancia y adolescencia se desarrolló en los años 80 y 90. Desde hace más de 20 años no se ha invertido en actualizar la red, no se ha abierto ni un solo centro público en ese periodo. Madrid contaba hasta hace unos meses con tan solo 35 plazas de primera acogida para adolescentes, una cantidad ridícula para un territorio de más de 5 millones de habitantes. Tan sólo 23 de los 92 recursos existentes son públicos. Los centros privados gestionados por ONG’s y fundaciones escapan a todo control y la atención es muy deficitaria. Los últimos recursos abiertos fruto del acuerdo firmado con los sindicatos en mayo de 2018 para descongestionar Hortaleza reproducen el mismo modelo y las mismas carencias. La tendencia actual es crear recursos específicos, la mayor parte privados para la atención de menas. Aun así, Hortaleza sigue por encima de plazas.

IO¿Cómo describirías la perspectiva actual del sistema de protección de menores?

La situación es muy desalentadora, el nuevo gobierno regional pretende generar mucho ruido para continuar la deriva privatizadora y destructora del servicio de protección de menores en la que llevamos inmersos más de 20 años. El acuerdo firmado en mayo de 2018 con los sindicatos no ha supuesto ni siquiera un parche, simplemente se trataba de ganar tiempo. Es inadmisible que la protección del colectivo de menores en desamparo no cuente con la entidad necesaria para garantizar ni lo más básico. Es vergonzoso el maltrato institucional a los y las trabajadoras y a los y las niñas. Es necesaria la movilización unida con los sindicatos a la cabeza, revertir el discurso oficial y forzar una mayor inversión en el sector, la regeneración de la red y la apuesta por un modelo de pequeñas residencias donde sea posible una atención personalizada y adecuada a los chicos y chicas en situación de desamparo.